Clásico de La Plata: el día que un gol de Gimnasia ante Estudiantes provocó un “terremoto”
En abril de 1992, un Gimnasia-Estudiantes pasó a la historia no por el resultado, sino por el terremoto de 0,3 grados registrado por un sismógrafo. Perdomo, bautizado como “Terremoto”.
La cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata albergará este domingo 13 de abril, por la 13º fecha del torneo Apertura, a las 15.30, un nuevo clásico platense. El equipo que dirige Diego Flores buscará meterse entre los ocho primeros de la Zona B ante el Estudiantes de Eduardo Domínguez, uno de los animadores del campeonato. A horas de un nuevo episodio de este histórico clásico, regresa a la memoria una de las jornadas más recordadas, sobre todo, por el pueblo tripero: el día del terremoto.
Un 5 de abril de 1992, el Lobo y el Pincha se vieron las caras en el viejo estadio de Estudiantes, el Jorge Luis Hirschi en 1 y 57, por la séptima fecha del Torneo Clausura. El resultado final fue 1-0 en favor de Gimnasia y no tuvo, en sí, nada de inolvidable. Pero sí pasó a la historia el gol que definió el encuentro, fruto del pie derecho de José Perdomo, por una insólita consecuencia extrafutbolística.
El encuentro no se destrababa hasta que a los 9 minutos del segundo tiempo Gimnasia tuvo a su favor un tiro libre a más de 30 metros del arco que custodiaba Marco Yorno. El encargado de la ejecución fue el uruguayo Perdomo, quien la clavó en un ángulo después de superar la barrera, disparo frente al que nada pudo hacer Yorno. Delirio total en la tribuna visitante; total de verdad, según detectó un sismógrafo.
El resultado no se modificó, el Lobo ganó y el pueblo tripero extendió los festejos. Poco después de la victoria, llegó entonces una insólita noticia desde el Departamento de Estación Sismológica del Observatorio de La Plata, ubicado a 600 metros del Jorge Luis Hirschi. Según el sismógrafo del Observatorio, en el momento exacto del festejo de los hinchas de Gimnasia se había detectado en la ciudad de La Plata un terremoto de 0,3 grados en la escala de Richter.

“Técnicamente es un ruido que no queda grabado porque no llegó a la medida necesaria, pero quienes estaban en la Estación vieron que las agujas se movían, registrando el movimiento”, afirmaron las autoridades del Observatorio ante la curiosidad de los fanáticos de Gimnasia, que celebraban aún con más alegría el triunfo en el clásico al reconocer que su euforia había afectado la geografía.
Perdomo pasó a la historia inmediatamente bajo el apodo “Terremoto” y aquel día fue bautizado de la misma manera en los libros que reúnen los clásicos más recordados del fútbol argentino. 25 años después, el uruguayo fue homenajeado en el Museo del Estadio del Bosque y se le entregó un carnet honorario. “Pertenecer a la historia del club es un privilegio. Es un orgullo lo que generó ese gol. Odriozola era quien pateaba los tiros libres, por suerte me tuve fe y se la pedí. ¿Quién diría que ese remate sería lo que fue? Hay que felicitar a la hinchada de Gimnasia, ellos fueron los que provocaron el terremoto”, dijo entonces el protagonista, consciente de que su tiro libre había inaugurado un nuevo episodio en la historia del clásico de La Plata.