Axel Kicillof hizo enojar a Cristina Kirchner que vuelve a ir por todo, inclusive por él
Hoy, hasta las 24 hs, hay plazo para evitar lo que será una carnicería interna. La pelea entre Cristina Fernández de Kirchner contra Axel Kicillof, con Ricardo Quintela como retador oficial.
“¿Cristina se refirió así como lo hizo con Axel alguna vez contra Alberto Fernández?”, inició su reflexión un intendente que no sale de su asombro por las definiciones que hizo la exvicepresidenta sobre “nuestro único candidato presidencial posible”.
Un colega del sur del Gran Buenos Aires, en cambio, hizo una reflexión mucho menos indirecta. “Axel hizo un discurso estupendo. Yo no lo podría haber hecho. Habrá que ver cuánto tiempo tarda Cristina en reaccionar… Por ahora está mandando a los cadetes”, le había dicho a MDZ cuando arrancaba la tarde.
“No queremos más ni los Poncio Pilatos ni los Judas”, dijo poco más tarde Cristina en una reunión en SMATA, en la que también acusó a su antiguo dirigente mimado “que se haga cargo” porque sus ministros estaban juntando avales para Ricardo Quintela.
“Se puso nerviosa mucho antes de lo que yo suponía”, decía casi con satisfacción. Ratificó que la conoce mucho. Para él, “esto puede traerle un problema a los dos, pero a Cristina ya lo está padeciendo. Fijate las visitas que tuvo la publicación cuando fue a La Matanza a verlo al Padre Tano y cuántas generó su visita en Avellaneda. De 400.000 bajaron a 40.000.
“No te confundas. A Cristina no le jode tanto la autonomía, sino que Axel no conduce, no ordena para abajo y juega a las escondidas”, reflexionó uno de los que suele estar en el Instituto Patria pero no se siente “Cámpora”. «Todos, Axel, Ferra, el Cuervo y Carli quieren los votos de Cristina pero sin Cristina», confió un habitué del Instituto Patria que jura que ‘Ella’ quiere «ordenar lo que viene y no imponer a nadie», aclara.
La expresidenta de la Nación está aplicando todo su poder para dejar en claro que quiere conducir el peronismo nacional por primera vez en su vida. Lo necesita para seguir siendo una amenaza para el poder y, posiblemente, para trabajar activamente en favor de su hijo Máximo. En su entorno enumeran siempre las oportunidades y los cargos a los que accedió el ahora gobernador durante la gestión de Néstor Kirchner y de Cristina por ese «dedo» o «lapicera» que ahora no quiere acompañar.
“¡Entonces, lo pusieron porque era bueno o solo por obediente?”, se preguntan quienes quieren a Kicillof. Para los amigos de Máximo Kirchner, “el jefe provincial está mal influenciado por dirigentes que se enemistaron con el primogénito presidencial por diversos motivos y, fundamentalmente, acusan a Jorge Ferraresi, Carlos Bianco y Andrés “El Cuervo” Larroque de influir sobre el gobernador. “Si simplemente hubiera dicho “aquellos que quieren que me pelee con Cristina están perdiendo el tiempo”, hubiera seguido acumulando todo”, razonó la misma fuente.

Si todo sigue así y hay dos listas, algo muy improbable porque No Hay Plata, tampoco en el peronismo, seguramente lo que siga será un reacomodamiento general de todo el peronismo, y quienes aún se mantienen en silencio pondrán toda la carne al asador para no dejarlo solo al candidato riojano y así hacerle sentir algo de tensión a la conductora natural del peronismo kirchnerista.
Ricardo Quintela, su probable rival en la interna, altera su firmeza para competir con la angustia por no conseguir el “Eduardo Duhalde de Carlos Menem”. Duhalde, antes de ser vicepresidente y ex gobernador, fue intendente. Y fue el único que se acercó al riojano cuando todo el poder lo tenía Antonio Cafiero.
Hace casi un mes, cuando el hijo de los dos presidentes se presentó en el club Atenas de La Plata, quizás el Kilómetro 0 del kirchnerismo, había dicho que no entendía cómo los que se habían beneficiado de la lapicera de su madre se quejaban, y que él, uno de los más perjudicados, siempre puso el lomo para apoyar lo que decía la ex presidenta, MDZ alertó que fue un mensaje inequívoco sobre una exigencia clara que le hacía La Cámpora a Kicillof. O se alineaba o terminaba el contrato. Al parecer, eso es lo que está sucediendo.
Para Kicillof, “esto fue un alivio. Ya quedó en claro quién es el que quiere pelearse”. En la Gobernación hablan como un acto de liberación los agravios recibidos sin entrar en cuestiones emocionales que sí afectaron en la intimidad de quien era considerado un hijo político de la ex presidenta.
“Algunos nos podemos sentir liberados inclusive”, reconoció un funcionario bonaerense que defiende a capa y espada al gobernador pero que no está juntando avales para Quintela. Es más, hasta hace unos días, seguro, lo hacía para Cristina.
¿Esa liberación hace que pueda haber cambios que perjudiquen a los funcionarios de La Cámpora? Preguntó MDZ. “El gobierno funciona bien. No veo que haya necesidad de ningún cambio”, contestó con firmeza y luego agregó: “Ahora estamos liberados para hacer cosas que quizás enojen, pero nosotros no empezamos”, se sinceró.
Un secretario de Estado, que hasta hace poco tenía en su celular la imagen de Cristina como foto de perfil, ahora se molesta porque no entiende lo que está pasando. “No sabemos si hubo o no reunión entre Axel y Cristina. Pero si se juntaron, y hubo un pacto de no hablar, de un lado rompieron el acuerdo y dicen que estuvo todo mal. Queda en claro quién es el que la quiere pudrir. Y lo peor, quieren pudrirla con el único candidato presidencial que podríamos tener”.
“Preparate para perder”, le habían advertido a Kicillof desde el Instituto Patria un mes antes de la elección de 2023. Esa frase no quedó en el olvido y siempre se toma como un anticipo de lo que podía pasar en caso que ganase la reelección. Y, para algunos allegados al gobernador, “desde ese día en adelante hubo señales fuertísimas de que todo iba a ser mucho más tortuoso”.
“Axel no va a ser un nuevo Alberto Fernández”, dicen siempre desde la Casa de Gobierno platense. Quizás en aquel momento fue el propio gobernador el que más se benefició de esa relación de poder de la vice en desmedro del presidente. Lo que nunca nadie podía presumir es que la relación entre Cristina y Axel Kicillof se podía romper algún día.
Esa ruptura no hace más que confirmar algo también impensado. Que puede haber interna el próximo 17 de noviembre aunque nadie quiera movilizar, gastar plata ni pedirle al gobierno que le adelante dinero para realizar la votación. Las próximas horas, decisivas, tendrán otras novedades y afirmaciones que extremarán la división.