El terremoto de Lisboa es una «advertencia» ante la falta de protección de los edificios
Por Joana Mourão Carvalho
Publicado 02/09/2024 –
El terremoto que se sintió en la madrugada del pasado lunes fue el décimo mayor que se ha sentido en Portugal desde el siglo XVI. El seísmo será objeto de varios estudios.
Lisboa se despertó sobresaltada en la madrugada del pasado lunes por un terremotode 5,3 grados en la escala de Richter. No hubo heridos ni daños materiales, pero todo podría haber sido diferente si el seísmo hubiera sido más intenso.
«La energía liberada por este evento es muy pequeña comparada con la energía liberada por un gran evento que pudiera afectar a Lisboa«, explica Jorge Cruz, sismólogo del Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA).
El seísmo, con epicentro a unos 60 kilómetros al oeste de Sines, fue el décimo mayor en Portugal desde el siglo XVI y debe estudiarse para comprender futuros eventos sísmicos.
«Vamos a estudiar el origen del terremoto, el mecanismo que lo provocó, cómo se sintió en todo el continente, será objeto de varios estudios«, afirma Jorge Cruz.
Según el IPMA, en la «estación acelerométrica más cercana al epicentro del terremoto del 26 de agosto se midieron los valores más altos de aceleración del movimiento del suelo jamás registrados con instrumentación moderna en Portugal continental».
Desde las 05:47 horas del lunes se han producido nueve réplicas de pequeña magnitud, las más recientes a las 00:14 y 00:30 del martes. El Gobierno consideró este terremoto como una prueba de la capacidad de respuesta de las autoridades del país, pero los expertos lo ven como una seria advertencia, dada la densidad de población de la capital portuguesa y la falta de protección antisísmica en los edificios de la ciudad.
Alrededor de 30.000 edificios residenciales de Lisboa no son resistentes a los seísmos, ya que fueron construidos antes de 1960, dos años antes de que entrara en vigor la primera legislación antisísmica en Portugal. Esto significa que el 60% de las viviendas del municipio no están preparadas para resistir terremotos.
La primera normativa se aprobó en 1958, y la legislación se actualizó posteriormente, en 1983. Pero no fue hasta 1990 cuando se aplicó realmente. El Ayuntamiento de Lisboa también anunció el lunes que lanzará esta semana una app que permitirá a los ciudadanos obtener información sobre el riesgo sísmico de los edificios en los que viven.
«Tenemos que darnos cuenta de que hay que mejorar los edificios. Tenemos que hacer algo con los edificios y por eso este terremoto es una advertencia», advierte el sismólogo. Los terremotos no se pueden predecir, pero hay una certeza: la tierra volverá a temblar y el país debe prepararse para mitigar una posible catástrofe.